Vanessa Vargas

Texto presentado en el Coloquio Latinoamericano de investigación de prácticas de danza. Ciudad de México, noviembre 2018.

En 2012, la bailarina y filósofa Marie Bardet publica en español “Pensar con mover,” una investigación que cruza dos prácticas: la danza y la filosofía. En este texto, Bardet hace alusión al El Banquete de Jenofonte, para referirse específicamente a una escena en la que Sócrates se mira al espejo detalladamente mientras baila. A propósito, la autora escribe: “Es probablemente aquello que Sócrates descifraba danzando frente al espejo, buscando ver la manera en la que se unía aquello que sabía de sí mismo” (Bardet, 2012). Las líneas de Bardet en este texto resonaron no solo en mi investigación teórica, sino en mi práctica dancística, conduciéndome a explorar la danza en relación con otros saberes como la filosofía, los estudios culturales, la sociología y la comunicología. Específicamente sobre el rol del espectador en la danza, así como la separación del auditorio y el escenario; la eliminación del concepto de audiencia; las estrategias de la danza en países en desarrollo; y los referentes a las prácticas colaborativas y la co-imaginación, así como la relación entre el habla y la danza. En la siguiente ponencia/performance examinaremos la articulación entre la investigación teórica y la práctica dancística, como parte de un laboratorio que explora la teoría en el cuerpo en movimiento y viceversa, buscando nuevas poéticas de relación a partir del encuentro de otros sistemas de pensamiento con la danza, borrando los límites entre el salón de clase, el escenario y el estudio de danza, rompiendo también con el cogito cartesiano, incorporando así la investigación teórica, las entrevistas, los ensayos, la investigación periodística en la danza, en un intento por comprender cómo se encuentran la exploración en el estudio de danza y la investigación teórica, ampliando otros encuentros, miradas, y enfoques. 

Ante todo, mi cuerpo es el objeto cuyo sujeto soy yo. Para Spinoza, el alma y el cuerpo son la misma e idéntica cosa. (...) Mi cuerpo es el órgano sensible de mi conciencia: su sensibilidad, su sensitividad y su sensorialidad están hasta tal punto entrelazadas con ella, con mi conciencia, que “todo lo que aumenta el poder de acción de mi cuerpo aumenta automáticamente el poder de acción de mi conciencia” (Spinoza)

Armando Rojas Guardia sobre el cuerpo: 

Jenofonte de Atenas, historiador, militar y filósofo de la Antigua Grecia, autor del Banquete, narra una serie de encuentros en los que participan Sócrates y sus amigos, refiriéndose a las conversaciones del filósofo con otros personajes sobre diferentes cuestiones, entre ellas la danza. En uno de estos pasajes encontramos a Sócrates disfrutando números de danza, también observándose bailar:

“(39) Quizás no estén conscientes, amigos míos, de que Cármides, ¡sí! Él, me atrapó solo la otra mañana en el acto de bailar. ¹¨ (40) (...) "Fui a casa y (...)comencé a bailar”.

 

A propósito de esta contemplación Marie Bardet, se refiere a la obra de Jenofonte en estos términos: 

Estamos entonces en una situación completamente distinta de mediación de los cambios dentro de las referencias espaciales. (...) ¿qué miraba y qué buscaba al observar un cuerpo moviente? (...) ¿qué articulaciones entre pensar y mover a través de sus gestos y sus reflejos percibidos? (...) Es probablemente, aquello que Sócrates descifraba danzando frente al espejo, buscando ver la manera en la que se unían aquello que sabía de sí mismo¨ (p.18-19) 

El texto sirve para poner de manifiesto en Sócrates, la confluencia de su danza con un acto de reflexión que sucede al mismo tiempo que sus movimientos frente al espejo. Lo que vengo a proponer aquí es una conjunción entre la teoría y la práctica de la danza como lugar de investigación, imaginación, creación artística y producción teórica. Me gustaría tomar este evento de Sócrates frente al espejo como el leitmotiv para concentrarme en la reflexión sobre el -encuentro- del bailarín -en el proceso -entre- bailar y pensar, en lo que ocurre justo en ese punto medio entre el bailarín que se piensa bailando; en el espacio liminal de esta convergencia, esto para decir que el acto de reflexionar sobre uno mismo en movimiento se manifiesta en el cuerpo en una poética de relación, que tiene carácter de performance dado que ocupan, la misma relación espacial y temporal, requieren de una corporalidad y una disposición del ser determinada por la presencia total del cuerpo en tales experiencias, y su carácter efímero permite leer este encuentro fuera del campo de circulación de las dinámicas de producción y consumo contemporáneas. Esta es, en efecto, mi tesis principal.

Además de Bardet, otros autores contemporáneos ya han escrito específicamente sobre el tema. Es el caso de Xavier Le Roy, a través de su Auto-entrevista (2000): “Como estoy compuesto por un conjunto compuesto por una infinidad de conjuntos infinitos de partes extensivas, no dejo nunca de percibir cosas que provienen del exterior en relación a mí mismo. Y todo esto compone el mundo de los signos. Gracias a Deleuze, gracias a Espinoza”. (p.128)

_{31 Bardet, M. (2012). Pensar con mover: Un encuentro entre danza y filosofía
32 Jenofonte, El Banquete, capítulo II, parágrafo 39
33 Ibídem, parágrafo 40
34 Bardet, M. (2012). Pensar con mover: Un encuentro entre danza y filosofía
35 Xavier Le Roy, Self-Interview (200) en Dance: documents of Contemporary Art. Edited by André Lepecki. Whitechapel Gallery, London, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts.}

Texto extraído del libro “La danza y la performance: cuerpo a cuerpo entre la danza, la performance y la comunicación”. Vanessa Vargas http://www.vanessavargasdancelab.com/ AB Ediciones. Caracas, 2021